Pasada ya una semana me pongo a escribir la crónica de la
UTGC, tiempo suficiente para digerir la carrera y curar heridas.
Después de dos meses entrenando cinco días a la semana me
dispongo a “correr” 50km para intentar conseguir mi primer punto para la UTMB,
más por ilusión que por otra cosa, ya que para poder utilizarlos me quedan bastantes
entrenamientos y carreras.
El inicio de la carrera fue en el Garañón a pocos metros de
la salida de la Transgrancanaria, fue una salida rara, en las pocas carreras
que he participado suele haber una
cuenta atrás, música, no sé, me falto algo; de repente me veo corriendo entre
100 personas dirección Pico de las Nieves (punto más alto de la isla de Gran
Canaria), eran dos kilómetros de subida entre pinocha, apenas señalizada pero
bastante intuitiva, al ser el principio no se hizo demasiado dura pero si lo
suficiente para romper a sudar, intenté situarme en un grupo para no correr
solo como de costumbre.
Una vez llegado al primer punto de control me encuentro
muy bien ha sido un recorrido rápido pero cómodo para correr, hasta Demelza, fiel compañera, se extraña al verme llegar. Pasando este punto empieza un gran
descenso que nos lleva hasta Valsequillo pasando antes por las Vegas y el
Barranco de los Cernícalos, sitios verdaderamente espectaculares, es en este
punto cuando siento un pequeño ardor en las plantas de los pies, ardor que cada
vez iba a más ya que eran 15km de bajada, cuando el terreno lo permitía evitaba
ejercer presión sobre los talones y caía con la punta del pie, así descansaba
algo los talones y evitaba las molestias, viendo Valsequillo a lo lejos, había una bajada por una carretera de asfalto y las molestias iban a más, aquí
empezaron algunas dudas pero ya estaba casi en la mitad de la carrera y allí podría
cambiarme de calcetines e impregnarme de vaselina (que ya no me da vergüenza ir
a comprar).
Llego a Valsequillo sólo algunos minutos por encima de lo
calculado en 2h 39´ estando en la posición 58, puesto genial después de haber caminado
por una bajada de asfalto cuando normalmente se incrementa la zancada y se
disfruta.
Justo al lado del punto de control se encontraba Demelza y
mi primo Aridany, antes de beber o comer
algo me dispongo a quitarme las zapatillas y calcetines, aquí comienza la
bajona, los dos talones con bolsas que cubren la totalidad del apoyo, y en
el pie derecho en la almohadilla del dedo gordo otra que posiblemente me cause
evitando pisar con el talón completamente llena de sangre, después de que unos
ciclistas me dejaran aguja e hilo comienzo a curármelas dejando un hilo por
dentro en cada una de ellas esto mejoro muchísimo el dolor y ayudó a drenar el
líquido y sangre encontrado, como éramos pocos…!comienza a llover!, todo esto transcurría
mientras pasaba gente así hasta 35´, ya estaba completamente hundido, pero
Demelza me animaba, no muy convencida, pero con ánimos sinceros , mi práctico y
querido primo sabiamente me decía que le tendré que explicar la satisfacción de
esto porque él no la ve. Decido continuar habiendo pasado el 90% de los
corredores ahora tocaba una fuerte subida hasta el Helechal algo genial para no
cargar los talones pero un martirio después de haberme enfriado, subo pero antes
de llegar a la cima llamo a Demelza y le digo que me venga a buscar que no
puedo más, la lluvia, la subida y los talones hicieron su trabajo, Demelza me
pregunta donde estoy y afortunadamente no tengo ni idea de donde estaba, esto e
imaginarme haciendo el camino de vuelta cruzando con el cojo y el gordo que
faltaban por adelantarme me hizo seguir, por lo menos hasta el siguiente punto
de control, realmente me jodía bastante retirarme de una carrera en la que todavía
me encontraba bien físicamente. Ya que todo era un sufrimiento que consistía en
evitar piedras bajo mis talones, al dejar de llover me cambie de camiseta y me encontré
realmente bien, llegando a trotar a ratos, el tener temperatura me ayudo muchísimo,
llegue al punto de control de la Barrera con la intención de retirarme pero pensé
en tomarme este final de carrera como un entrenamiento e intentar aprender a
sufrir cosa que mi hermano mayor continuamente me recrimina, así que emprendí la
subida hasta montaña las Palmas una subida de 600 metros bastante empinada,
pero la última de esta carrera, al poco me veo por el Barranco de Jinamar, ya
solo faltan 10km y para casita, evidentemente aquí no me iba a retirar, en mi
cabeza existen pensamientos contradictorios ya que la carrera no se parece en
nada a la imaginada, ni al peor de mis pensamientos, aun viendo lo que sucedió me
seguía castigando había entrenado mucho, esta tenía que ser mi mejor carrera,
pero por otra parte había luchado y había vencido mis pensamientos negativos a
pesar del cada vez mas fuerte dolor seguí caminando y eso hacía sentirme
orgulloso, créanme, sentirme orgulloso teniendo no más de 20 personas detrás de
mí era un ejercicio complicado. Pregunto a los del avituallamiento y me dicen
que el recorrido restante es llano y sobre tierra por lo que después de unas
cuantas horas me atrevo a intentar correr otra vez pasando la playa de las
Salinetas, playa del Hombre y Taliarte llego hasta la meta en Melenara.
Sinceramente me alegre, di las gracias a Demelza por
acompañarme en este Via Crucis y cruce la meta, no me acerque a los de la organización
para preguntar el puesto de entrada no estaba contento…
La organización salvo la salida estuvo bien, encontré todo
lo prometido en cada uno de los avituallamientos pero no vi ni de lejos el
despliegue de la Trans, fotos, prensa, no se faltaba algo y mas siendo esta una
de las pocas pruebas que da hasta cuatro puntos para el ULTRA TRAIL DU MONT
BLANC.
Ahora descansare una semanita y preparare “la isleta extreme”
una carrera organizada por la Brigada de Infantería de Canarias por un trazado
por zona militar, única razón por la que participo ya que de otra manera no conocería
esta zona.
Vaaaale puesto 69, 77 finisher, 91 participantes.
